sábado, 6 de febrero de 2010
FAUSTO - Hablando del Amanecer, de Estanislao del Campo
Ya la luna se escondía,
y el lucero se apagaba,
y ya también comenzaba
a venir clariando el dí.
¿No ha visto usté de un yesquero
loca una chispa salir,
como dos varas seguir,
y de ahí perderse, aparcero?
Pues de ese modo, cuñao,
caminaban las estrellas
a morir, sin quedar de ellas
ni un triste rastro borrao.
De los campos el aliento
como sahumerio venía.
y alegre ya se ponía
el ganao en movimiento.
En los verdes arbolitos,
gotas de cristal brillaban,
y el suelo se descolgaban
cantando los pajaritos.
Y era amigazo una contento
ver los junquillos doblarse,
y los claveles cimbrarse
al soplo del manso viento.
Y al tiempo de reventar
el botón de alguna rosa,
venir una mariposa
y comenzarlo a chupar.
Y si se pudiera al cielo
con un pingo comparar,
también podría afirmar
que estaba mudando pelo.
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