Características del Fauvismo
son básicamente la simplificación de las formas
y énfasis en los colores para dar volumen,
crear planos y perspectivas.
Los temas de las pinturas casi siempre
eran gozosos de ver y gratos de espíritu,
muy raramente se hacia alguna crítica social,
política o artística.
Las creaciones seguían los instintos primarios
y no se preocupaban demasiado
con técnicas o perfección,
el objetivo era dar vida a los impulsos y
traducirlos como sensaciones y sentimientos
en su forma más elemental.
Esa intención se creaba sobre todo con los colores
– grandes protagonistas del Fauvismo –
utilizados de forma independiente y
que muchas veces no estaban de acuerdo con la realidad;
los artistas de esa vanguardia no se veían
obligados a pintar un objeto de su color original
y esa característica garantizaba
cierto tono de rebeldía y a la vez
una expresividad jamás vista.
Quizás esa obsesión por el uso de los colores
hizo con que los artistas de ese movimiento
olvidasen el modelado,
el claroscuro enfatizando solamente en la manera
despojada de hacer arte.
Las pinturas están impregnadas de pinceladas violentas,
espontáneas y definitivas.
Uso de colores de forma exagerada,
plasmando la sensación física de los
colores que muchas veces no correspondían
a la realidad.
Podemos encontrar manchas largas que
formaban grandes planos,
así como el uso de colores puros.
El término “Fauvismo”
– que en buen francés significa “fieras” –
surgió casi como una crítica y una forma
de definir ciertas obras que no
eran clasificadas y tampoco se encajaban
en ningunas de las vanguardias
hasta entonces existentes.
La crítica de Louis Vauxcelles
al definir esas obras,
que al parecer de muchos parece incluso
peyorativo y negativo –
acabó convirtiéndose en la descripción
de ese trabajo tan singular.
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