Sabiduría 6,12-16.
La Sabiduría es luminosa y nunca
pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar
por los que la buscan.
Ella se anticipa a darse a conocer a los que la
desean.
El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará
sentada a su puerta.
Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el
que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes.
La
Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece
con benevolencia en los caminos y les sale al encuentro en todos sus
pensamientos.
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